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Albert Costa Balboa, nacido el 2 de mayo de 1990 en Barcelona, España, ha dejado una huella significativa en el mundo del automovilismo. Reconocido como el primer español en ganar títulos en diversas categorías, desde el karting hasta las carreras de resistencia, su carrera está marcada por la perseverancia, el talento y un espíritu incansable de superación.
Desde muy joven, Albert estuvo rodeado por el mundo del motor. Su padre, fue un destacado piloto de motos, proclamándose campeón de España de resistencia en 250cc en 1978. Su hermano mayor, participó en el Campeonato del Mundo de Motociclismo en la categoría de 250cc en 2001. Esta conexión familiar influyó directamente en Albert, quien desde pequeño mostró una gran afinidad por la velocidad y la competición.
Antes de subirse a un kart, la primera pasión de Albert fue el motociclismo. Con solo unos años, ya pilotaba una Yamaha PW 50cc y una Yamaha PW 80cc, aprendiendo en las calles cercanas a su casa. Su hermano Lluís solía cerrar el tráfico para improvisar un circuito con piñas de los árboles y obstáculos, lo que ayudó a Albert a desarrollar una gran destreza. Incluso en condiciones adversas, como la lluvia, Albert salía a perfeccionar su técnica, lo que más adelante sería clave en su carrera como piloto de automovilismo.
A finales de 2000, llegó la oportunidad de dar el salto a los karts cuando Alguersuari lo invitó a competir en el Trofeo Marc Gené, una competición de karting para jóvenes promesas. A pesar de enfrentarse a pilotos mayores y más experimentados, Albert sorprendió a todos al ganar la primera edición del trofeo, demostrando un talento natural al volante. Esta victoria marcó el inicio de su trayectoria en el karting.
En 2001, respaldado por la marca Arisco, Albert comenzó a competir en los campeonatos catalán y español de karting. Los resultados fueron impresionantes, posicionándose como uno de los pilotos más prometedores. Un año más tarde, en 2002, con el equipo Benikarts, logró consagrarse como bicampeón de España y Cataluña.
En 2005, pese a las dificultades financieras, Albert pudo competir toda la temporada y se proclamó campeón del Open Masters de Italia en la categoría Júnior. La constancia y el talento mostrado en cada carrera lo posicionaron como una referencia en el mundo del karting español.
En 2007, Costa dio el paso hacia los monoplazas, compitiendo en la Fórmula 3 Británica pero el camino fue difícil.
La suerte cambió cuando pudo participar en el equipo Epsilon Euskadi en la Eurocopa de Fórmula Renault 2.0 en 2008. Así, Costa volvió a la competición con renovadas esperanzas.
La temporada 2008 fue de aprendizaje para Costa, quien terminó en octava posición en la clasificación general de la Eurocopa. Sin embargo, en 2009, mostró su verdadero potencial al ganar tanto la Eurocopa como la Copa de Europa Occidental de Fórmula Renault 2.0, logrando 13 victorias en 28 carreras. Fue un año impresionante, destacándose por obtener el mayor número de poles, vueltas rápidas y vueltas lideradas. Este logro le valió varios premios y lo consolidó como una estrella emergente en el automovilismo europeo.
En 2010, Albert subió a la categoría Fórmula Renault 3.5 Series con Epsilon Euskadi. En su primer año, logró un podio en el circuito de Mónaco y terminó en quinta posición en la clasificación general. La temporada siguiente, ya con el equipo rebautizado como EPIC Racing, Costa tuvo un buen comienzo con varios top-5, incluyendo una victoria en su última carrera de la temporada en el Circuit de Catalunya. Finalmente, concluyó el campeonato en cuarta posición.
Tras no encontrar un asiento en la GP2 Series en 2012, Costa se vio obligado a cambiar las monoplazas por los turismos, compitiendo en la Eurocup Mégane Trophy. Sorprendentemente, a pesar de su inexperiencia en este tipo de vehículos, se coronó campeón. Sin embargo, la falta de apoyos económicos lo obligó a retirarse de las competiciones internacionales y centrarse en el papel de entrenador de pilotos para Renault Sport durante los años siguientes.
En 2016, Costa regresó a las pistas, participando en varias carreras de la Blancpain Endurance Series con Emil Frey Racing. Aunque los resultados fueron modestos, sentaron las bases para su regreso a la élite del automovilismo. Un año después, se trasladó al International GT Open, donde obtuvo cuatro victorias y finalizó tercero en la clasificación general.
En 2019, Costa se proclamó campeón del International GT Open con el equipo Emil Frey, consolidándose como uno de los pilotos más destacados en las carreras de GT. Su talento llamó la atención de Lamborghini, que lo fichó como piloto oficial de GT3 en 2020.
En 2023, Costa alcanzó uno de los hitos más importantes de su carrera al debutar y ganar la categoría LMP2 en las 24 Horas de Le Mans con la escudería Inter Europol Competition. Esta victoria, inesperada para muchos, confirmó su calidad como piloto y su capacidad para destacar en cualquier categoría y escenario del automovilismo.
A lo largo de su carrera, Albert Costa ha acumulado una impresionante lista de logros:
Sus estadísticas reflejan una carrera marcada por la constancia y el éxito en diversas disciplinas del automovilismo.
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